Su anestesia para cirugía mayor


Con cuidados intensivos o intermedios previstos posteriormente


Introducción 


Esta sección contiene información sobre que sucederá antes de la operación, las diferentes opciones de anestesia disponibles y de alivio del dolor, y qué esperar mientras se  recupera en la Unidad de Cuidados Intensivos. Se considera cirugía mayor aquellas cirugías de la cabeza, el cuello, el tórax (pecho) y algunas cirugías del abdomen que implican un impacto importante al organismo del paciente, donde el tiempo de recuperación puede ser largo y exigir la permanencia de éste en la UCI y/o varios días en el hospital. Estas cirugías, conllevan en sí mismas un riesgo mayor de que se presenten complicaciones, independientemente del estado previo del paciente.



¿Qué es la anestesia?


  La anestesia evita que sienta dolor y sensaciones desagradables. Puede ser administrada de varias maneras y no siempre lo deja inconsciente. Existen diferentes tipos de anestesia, según el modo en que se suministren: 

  • La anestesia local implica medicamentos inyectables que adormecen una pequeña parte del cuerpo. El/La paciente permanece despierto(a) pero no siente dolor
  • La anestesia regional (la anestesia raquídea o epidural) implica medicamentos inyectables que adormecen una parte del cuerpo más extensa o profunda. Permanece consciente o recibe algún tipo de sedación, pero no siente dolor, aunque puede percibir sensaciones de presión o tirón
  • La anestesia general brinda un estado de inconsciencia controlado. Es esencial para algunas operaciones y procedimientos. El/La paciente está inconsciente y no siente nada
  • La sedación produce un estado de somnolencia y, a menudo, se utiliza con una anestesia local o regional. La sedación puede ser ligera o profunda, y puede que usted recuerde todo, algo o nada después de haber sido sedado(a).


 Para más información sobre la sedación, consulte la sección La sedación explicada


Anestesiólogos

 

Los anestesiólogos son médicos con una formación especial que: 

  • le explican al paciente el tipo o los tipos de anestesia que son adecuados para la operación. Si existen diversas opciones, le ayudarán a elegir la mejor para su caso.
  • le explican los riesgos de la anestesia
  • elaboran un plan para su anestesia y el control del dolor posterior
  • le administran la anestesia y son responsables del bienestar y la seguridad del paciente durante la cirugía y en la sala de recuperación.



 Antes de la operación


Si va a tener cirugía planeada hay mucho que puede hacer para prepararse antes de la operación.


  • Si fuma, dejar de hacerlo lo antes posible antes de la operación reducirá el riesgo de experimentar problemas respiratorios durante la anestesia y después de la operación.
  • Si tiene sobrepeso, reducir su peso disminuirá muchos de los riesgos de recibir anestesia y mejorará su recuperación. Es posible que se le imponga una dieta específica algunas semanas antes de algunos tipos de cirugía.
  • Si tiene dientes o coronas flojas, recibir tratamiento puede reducir el riesgo de que se dañen los dientes durante la anestesia.
  • Si tiene problemas de salud crónicos, como diabetes, asma o bronquitis crónica, problemas de tiroides, afecciones cardíacas o presión arterial alta, deberá consultar con su médico de cabecera si hay algo que debe hacer para mejorarlos.
  • Aumentar su actividad en las semanas previas a la cirugía puede mejorar la función cardíaca y su condición física. Diversos estudios han demostrado que esto puede marcar una gran diferencia en la recuperación de la cirugía mayor.
  • Es mejor planificar su recuperación en casa con anticipación y avisar a sus amistades y familiares cómo pueden ayudarle de la mejor manera. Piense si necesita hacer algún cambio en casa para que la recuperación sea más fácil.
  • Es importante que piense en cómo puede relajarse el día de la operación, ya que quizá deba esperar antes de la cirugía. Leer revistas, resolver rompecabezas o escuchar música a través de audífonos pueden ayudarle a relajarse.


 En la sección Preparación para la operación,  encontrará la información que necesita para estar en mejor estado físico y mejor preparado para su operación. 


La evaluación preoperatoria o evaluación preanestésica.


 Suelen pedirle que acuda a una evaluación preoperatoria algún tiempo  antes de la operación. Sería útil si le puede acompañar un familiar o amigo(a) para que le apoyen. Debe traer: 

  • una lista de los medicamentos que toma actualmente o sus medicamentos con el envase completo
  • cualquier información que tenga sobre otras pruebas y tratamientos en otros hospitales o realizados por otros prestadores de salud
  • información sobre cualquier problema que usted o su familia hayan tenido con la anestesia
  • alguna medición reciente de la presión arterial.


El anestesiólogo le preguntará en detalle sobre su salud y niveles de actividad: 

  • A veces le harán o pedirán análisis de sangre, un ECG (un electrocardiograma) y otras pruebas. Puedan pedirle que haga una PEG (test de ejercicio cardiopulmonar) en una bicicleta estática para ver cómo funcionan su corazón y sus pulmones en reposo y durante el ejercicio. Esto puede servir para predecir cómo afrontará su cuerpo la operación y la recuperación. Ayudará a los médicos a decidir el riesgo de la operación para usted y si necesita recuperarse en la UCI o Cuidados Intermedios.
  • El anestesiólogo le hablará sobre la anestesia y los riesgos específicos que le pueden afectar.
  • Si tiene otras enfermedades (por ejemplo, diabetes, asma, hipertensión o epilepsia), también le preguntará por ellas. Si es posible mejorarlas, se le puede pedir  que acuda a otros(as) especialistas o a su propio médico de cabecera. A veces puede ser necesario modificar su tratamiento. En ocasiones su operación pueda retrasarse hasta que su salud haya mejorado.
  • El anestesiólogo le dará alguna información sobre que sucede antes, durante y después de la operación. Este es un buen momento para hacer preguntas y hablar de cualquier preocupación que pueda tener.
  • Le darán instrucciones claras sobre cuando dejar de comer y beber antes de la operación. Es muy importante seguir estos consejos. Si cuando esté bajo anestesia hay alimentos o líquidos en su estómago, estos podrían llegar hasta su garganta y pulmones.
  • También debe recibir instrucciones sobre los medicamentos que toma y si debe seguir tomándolos hasta el día de la cirugía.


Pensando en los riesgos.


Su cirujano y anestesiólogo pueden darle información sobre cuáles creen que son para usted los riesgos y beneficios de la operación. También pueden avisarle de los riesgos de no realizar la operación, y de cualquier tratamiento alternativo. En algunos casos sus médicos pueden sugerir que la operación sea demasiado arriesgada y que haya poca probabilidad que sea exitosa. Todos somos diferentes en cuanto a los riesgos que estamos dispuestos a asumir. Sus  médicos le explicarán los riesgos pero solo usted puede decidir si seguir adelante con la operación o no. No ocurrirá nada hasta que comprenda y esté de acuerdo con lo que se ha planeado para usted. Usted tiene derecho a negarse si no quiere tener la operación. 


El día de la cirugía


 Es esencial que siga cuidadosamente las instrucciones que se le han dado sobre la alimentación, el consumo de líquidos y la toma de los medicamentos o las pastillas.



 Conociendo a su anestesiólogo


El anestesiólogo se reunirá con usted antes de la operación. Debe tener en cuenta que no siempre el anestesiólogo que estará en su operación será el mismo que le realizó la evaluación preoperatoria en policlínica. Un anestesiólogo es un médico que ha recibido una formación especializada en anestesia, en el tratamiento del dolor y la atención a pacientes en la UCI. Pueden: 

  • preguntarle una vez más sobre su salud y aclarar o confirmar la información registrada en la clínica de preevaluación
  • revisar los resultados de sus pruebas
  • escuchar su corazón y su respiración
  • observar su cuello, su mandíbula, su boca y sus dientes.

 El anestesiólogo le hablará sobre la anestesia, cualquier procedimiento adicional necesario durante la operación y analizará los métodos para aliviar el dolor. Ellos podrán dar respuesta a sus preguntas e inquietudes. 


Preguntas que debería hacerle al anestesiólogo 

  • ¿Quién me administrará la anestesia?
  • ¿Qué tipo de analgésico recomienda?
  • ¿Existen alternativas para este tipo de analgésico?
  • ¿Cuáles son los riesgos de este tipo de anestesia?
  • ¿Tengo algún riesgo en particular?
  • ¿Cómo me sentiré después?
  • ¿Cuánto tiempo permaneceré en la Unidad de Cuidados Intermedios o en la UCI?
  • ¿Qué tratamientos de otros Especialistas necesitaré en Cuidados Intermedios o la UCI?


La preparación para su operación


  • Se le pedirá vestir una bata de hospital y es posible que le coloquen medias de compresión. Usarlas ayuda a prevenir la formación de coágulos de sangre en las piernas.
  • Pueden hacerle más análisis de sangre el día de la cirugía.
  • Un miembro del personal completará la lista de verificación y lo acompañará al quirófano. Se trasladará al quirófano caminando, en silla de ruedas o en una camilla.
  • Puede trasladarse al quirófano con sus lentes, prótesis auditiva o dentadura postiza si los usa. Deberá retirarlos antes de que se le administre la anestesia para que no se dañen ni se desprendan.


El quirófano


 Cuando llegue al quirófano, los miembros del personal confirmarán su identidad, la operación a la que se someterá y sus alergias (si tiene). Si tiene alguna pregunta o inquietud, debe comunicárselo a un miembro del personal. 

  • Su anestesiólogo, el personal de apoyo y las enfermeras del quirófano se ocuparán de usted. En algunas instituciones de salud, también pudieran estar presentes anestesiólogos en formación siempre bajo la supervisión de anestesiólogos titulados.
  • Hay máquinas que monitorearán continuamente su frecuencia cardíaca, presión arterial y niveles de oxígeno. Las almohadillas adhesivas en su pecho lo conectarán al monitor cardíaco, y una pequeña pinza en su dedo o en el lóbulo de la oreja medirá el nivel de oxígeno en sangre.
  • Su anestesiólogo usará una aguja para insertar un catéter (fino tubo de plástico) en  una vena en el dorso de su mano o en el antebrazo. Se utiliza para administrarle medicamentos y líquidos (un "suero") durante la cirugía.
  • Dependiendo del tipo de cirugía y de su estado de salud general, el anestesiólogo puede insertar otro catéter en una arteria de la muñeca. Si se hace despierto, antes de la inducción de la anestesia, para que sea más cómodo, primero se usará anestesia local en la piel. Este catéter se llama vía arterial periférica. Esto permite medir su presión arterial de forma continua y también se puede usar para realizar más análisis de sangre durante la operación.
  • Si le administraran anestesia raquídea o epidural para aliviar el dolor, se realiza generalmente antes de la anestesia general.



 Una vez terminados los preparativos, el anestesiólogo le suministrará oxígeno a través de una mascarilla e introducirá anestésicos a través del catéter en la vena lentamente. De aquí en adelante, no se dará cuenta de nada hasta que la operación haya finalizado. 

Después de que lo anestesien, para algunas cirugías, es posible que también pueda tener: 

  • un tubo respiratorio que se inserta en la tráquea a través de la boca. Puede obtener mas informacion en nuestra sección La via respiratoria y la respiracion durante la anestesia
  • un catéter más grande colocado en una vena del cuello, debajo de la clavícula o en la ingle. A esto se le llama vía venosa central. Se utiliza para suministrar líquidos, medir las presiones y/o administrar medicamentos para controlar su presión arterial durante y después de la operación
  • una sonda de ultrasonido que se inserta en el esófago a través de la nariz o la boca. Esto permite al anestesiólogo controlar la cantidad de líquido a administrar y el funcionamiento del corazón
  • un tubo que se introduce por la nariz hasta el estómago (sonda nasogástrica) y lo mantiene vacío durante y después de la operación. Esta sonda puede retirarse antes de finalizar la operación o mantenerse durante el postoperatorio.
  • se introduce un tubo en la vejiga (un catéter o sonda vesical) para mantenerla vacía. También se utiliza para medir la cantidad de orina que sus riñones producen durante y después de la operación.


Transfusión sanguínea


 La transfusión de sangre es una posibilidad durante toda cirugía mayor. Solo se administra sangre si es absolutamente necesario. Si no desea recibir una transfusión de sangre, debe consultarlo con sus médicos mucho antes del día de la operación. Puede obtener más información sobre la transfusión sanguínea y sus alternativas consultando a su anestesiólogo en la consulta de valoración preoperatoria. 


Analgésicos


 Una buena analgesia es primordial. Le hace sentir mejor, le ayuda a tener una recuperación más rápida y puede reducir la presencia de algunas complicaciones: 

  • Si puede respirar profundo y toser bien después de la operación, es poco probable que desarrolle una infección respiratoria.
  • Si puede mover las piernas y caminar, es menos probable que se formen coágulos de sangre (trombosis venosa profunda o TVP) en las piernas o en otros lugares.

 Se le administrará analgésico con regularidad, ya sea en forma de comprimidos, líquido por vía oral, o a través de la vía venosa. Sería conveniente que tuviera una o más de las siguientes formas analgésicas, que su anestesiólogo discutirá con usted. 



Anestesia epidural o peridural 


Los términos epidural y peridural son equivalentes y se utilizan indistintamente para referirse a la misma técnica. Su anestesiólogo utiliza una aguja para insertar un fino tubo de plástico entre los huesos de su espalda. Por lo general, esto se hace antes que usted sea anestesiado para disminuir los riesgos de la colocación. A través de este tubo se administran anestésicos locales durante la operación y días después también. Es posible que sienta adormecimiento en el pecho, el abdomen y las piernas mientras se use la anestesia epidural o peridural, y probablemente no sienta sus piernas tan fuertes como de costumbre. Esto es de esperar mientras dure el efecto de la epidural; todo volverá a la normalidad cuando la anestesia haya pasado. 




Anestesia raquídea


Con una aguja se inyectan anestésicos locales entre los huesos de la espalda baja, para adormecer los nervios de la cintura hacia abajo. El entumecimiento suele durar de dos a cuatro horas. También se puede inyectar un analgésico de acción más prolongada, que podría durar 12 horas o más. 



Para más información sobre los efectos secundarios y las complicaciones de las anestesias epidural y espinal, consulte la seccion La anestesia raquídea 



Analgesia controlada por el paciente (PCA por sus siglas en inglés)  


Usted mismo controla su suministro de analgésicos. Se conecta a su vía venosa una bomba que contiene una jeringa de morfina (o similar). Se le entrega un dispositivo con un botón que activa la bomba. Al presionar el botón, usted recibe una pequeña dosis del medicamento. La bomba está configurada de manera segura para evitar que consuma demasiado por accidente. 


Catéter en la herida


Se administran anestésicos locales en el área alrededor de la herida con uno o más tubos de plástico pequeños. El objetivo es adormecer el área alrededor de la herida. Estos tubos son colocados por el cirujano o el anestesiólogo durante la operación. Están conectados a una bomba de infusión que distribuye de manera continua un anestésico local. Los catéteres de infusión en la herida se pueden dejar colocados durante varios días tras la operación. Para algunas personas, es posible que sea necesario cambiar el tipo previsto de alivio del dolor tras la operación. 

  • Algunas personas necesitan más analgésicos que otras o responden de forma diferente a ellos. Sentirse nervioso puede aumentar la sensación de dolor de las personas.
  • Si tiene dolor, se puede aumentar la dosis del analgésico prescrito, administrarlo con más frecuencia o con diferentes combinaciones.
  • Ocasionalmente, el dolor es una señal de advertencia de que no todo va bien. Por lo tanto, debe informar al personal que lo está atendiendo si percibe que el dolor no está siendo controlado adecuadamente a pesar de las intervenciones del personal para mejorarlo.


Después de la operación


La mayoría de las personas despertarán en la sala de operaciones o en la sala de recuperación tras la operación. Un enfermero de la unidad de recuperación lo atenderá todo el tiempo. Algunas personas pueden ir directamente a la UCI.



 Allí se encargarán de: 

  • monitorear su presión arterial, los niveles de oxígeno y frecuencia cardiaca
  • administrarle oxígeno a través de una máscara o de cánulas de plástico blando que se colocan dentro de la nariz
  • valorar su nivel de dolor y administrarle más analgésico si fuera necesario
  • administrarle medicamentos contra las náuseas si tiene ganas de vomitar
  • taparlo con una manta térmica si tiene frío
  • devolverle su dentadura postiza, prótesis auditiva y lentes cuando se despierte.

 Si le han suministrado anestesia epidural para aliviar el dolor, el enfermero de la unidad de recuperación comprobará su efectividad. Si se siente incómodo, su anestesiólogo puede ajustarle la anestesia epidural o administrarle más analgésico.  


Unidad de Cuidados Intensivos (UCI o CTI) 


Cuando se despierte y se encuentre cómodo, será trasladado del área de recuperación a la UCI o a Cuidados Intermedios, donde, además, será monitorizado cuidadosamente y recibirá tratamiento especializado si fuera necesario. A veces, es necesario continuar con algún tipo de sedación o anestesia después de la operación durante unas horas o hasta que su condición sea estable. Si necesita este tipo de cuidados, su anestesiólogo lo llevará directamente a la UCI tras la cirugía. Continuará con el anestésico y se utilizará un ventilador (o máquina para respirar) para controlar su respiración. Cuando su situación lo permita, el equipo de la UCI le dejará respirar por sí solo y despertará paulatinamente. 

En Cuidados Intermedios o UCI, lo atenderá el personal médico, de enfermería, de fisioterapia o de nutrición, especializado en cuidados intensivos. Todos trabajan en conjunto con su equipo quirúrgico para garantizar que su recuperación vaya bien. Mientras continúa su recuperación, pueden trasladarlo de la UCI a Cuidados Intermedios. Puede que tenga su propio enfermero, o un enfermero que atiende a dos pacientes. Se asegurarán de que usted esté cómodo y le administrarán los medicamentos prescritos para controlar las náuseas y evitar coágulos sanguíneos. 

Algunos de los medicamentos que usted estaba tomando en casa se pueden interrumpir o cambiar para facilitar su recuperación. Al principio, probablemente necesitará una bomba de infusión para administrar fluidos a través de sus venas. No obstante, su enfermero lo animará a beber y comer tan pronto como sea capaz ya que esto contribuye a su recuperación. 

En la UCI o CTI, se monitorizará cuidadosamente su frecuencia cardíaca, presión arterial, respiración y función renal. También puede que le hagan análisis de sangre, radiografías, ecografías o tomografías para comprobar su evolución o diagnosticar cualquier problema. 

A medida que su recuperación avanza, necesitará una menor monitorización; por lo tanto, se retirarán algunos de los sueros, tubos y monitores. Sus enfermeros y fisioterapeutas le enseñarán ejercicios respiratorios que deberá realizar periódicamente. 

Es importante que respire profundamente y que tosa de manera eficaz durante su estancia en la UCI. Esto le ayudará a evitar una infección pulmonar. Los fisioterapeutas también le ayudarán a levantarse de la cama y moverse tan pronto como sea posible. Esto facilitará sus ejercicios respiratorios. 

Es especialmente importante moverse y caminar para mantener la fortaleza de sus músculos, mejorar la circulación de las piernas y aumentar su bienestar. 

Podrá recibir visitas mientras esté en la UCI. Su enfermero le podrá informar sobre las horas de visita y el número de visitantes permitido. Es posible que lo atiendan en un área donde hay otros pacientes muy enfermos. Puede que no sea adecuado que los niños pequeños realicen visitas y si hay mucha actividad, puede que sea necesario restringir las visitas temporalmente. 



Vuelta a la sala de internación


 Cuando el equipo que lo atiende acredite que usted se recupera sin problemas, volverá a la sala de internación quirúrgica. El periodo de tiempo que usted pase en la UCI dependerá del tipo de operación al que se haya sometido, de las complicaciones y de otros problemas de salud que pueda tener. 


¿Cuáles son los riesgos?


 La interpretación de las palabras y los números varía según las personas. Proporcionamos la siguiente escala como ayuda.


Encontrará mas información sobre como comprender los riesgos de la anestesia y la sedación en nuestra sección Riesgos de la anestesia de un vistazo

 


La operación 


Los riesgos de su operación dependen del tipo de cirugía a la que se va a someter, del estado físico general y de otros problemas de salud que tenga. Pensar en estos riesgos le puede causar algo de preocupación, pero es importante compararlos con las consecuencias de no operarse. Su cirujano y su anestesiólogo le ayudarán a comparar estos riesgos que dependen de sus circunstancias personales. 


La anestesia  


Hay algunas complicaciones o episodios relacionados con la propia anestesia. Algunos de ellos ocurren con bastante frecuencia, pero normalmente son leves o de corta duración. Pueden ocurrir complicaciones graves, pero son raras o poco comunes. 

  • Entre los episodios comunes se incluyen: sensación de malestar y vómitos, dolor de garganta, escalofríos, picazón, dolor en la zona de la vía venosa, desarrollo de infección respiratoria y periodos transitorios de confusión.
  • Complicaciones poco frecuentes incluyen: dificultad respiratoria al final de la anestesia, daño en los dientes y empeoramiento de problemas médicos preexistentes.
  • Complicaciones no frecuentes incluyen: daño en los ojos, alergia grave a medicamentos, daño en los nervios periféricos y recuerdo por despertar durante la anestesia. La muerte causada directamente por anestesia es muy infrecuente. Se estima que ocurre en 1 de cada 100, 000 anestesias.




 Más información 


El anestesiólogo hablará con usted sobre cualquier riesgo específico en comparación con los riesgos habituales registrados. 




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