La anestesia general asegura que el niño no esté consciente y no sienta dolor durante una operación o procedimiento.
Los anestesiólogos son médicos especializados que administran la anestesia y cuidan la salud de su hijo durante la cirugía y la recuperación. También, están muy comprometidos con el cuidado y el bienestar de su hijo después de la cirugía.
Los anestésicos son fármacos que se utilizan para aplicar la anestesia y garantizar su duración.
Normalmente el anestesiólogo le solicitará información sobre las experiencias previas de su hijo con los anestésicos o las inyecciones. También, se suele analizar los métodos de suministrar la anestesia y, se les consultará a usted y a su hijo si tienen alguna preferencia. Con frecuencia, existen razones médicas que justifican el motivo de la elección de ciertos procedimientos, pero le explicarán la forma en que preferirían comenzar con la anestesia, y (las razones) de su decisión. La voluntad de su hijo y la suya son muy importantes.
Una vez que lo converse con el anestesiólogo, se seguirá uno de los planes analizados. Puede darse la situación de que el tratamiento previsto cambie, según la reacción y la respuesta de su hijo en el momento crítico. Podrá plantear cualquier problema que surja el mismo día de la intervención o en los días previos.
Existen varias medidas que usted puede hacer para preparar a su hijo antes de ingresar al hospital. Salvo que su hijo sea demasiado pequeño, debería intentar explicarle lo siguiente:
El mejor momento para proporcionar esta información variará en función de la edad del niño. Los niños en edad preescolar probablemente solo necesiten saberlo el día anterior. Los niños mayores pueden necesitar más tiempo.
Si su hijo va a pasar la noche en el hospital, hágale saber si usted también podrá quedarse con él. Si no está seguro de que esto sea posible, puede comunicarse con el hospital para confirmarlo. Su enfermera puede aconsejarle sobre lo que debe llevar al hospital, pero recuerde traer todo medicamento que tome su hijo en el envase original, el pijama, el cepillo de dientes, el cepillo de pelo, ropa interior de recambio o pañales y su peluche o juguete favorito. A menudo, a los niños les gusta decidir lo que desean llevarse, pero es mejor no incluir demasiados juguetes. Los teléfonos móviles y las tabletas pueden ser muy útiles; recuerde traer el cargador y los auriculares. Es recomendable abastecerse de analgésicos como paracetamol e ibuprofeno para cuando su hijo regrese a casa. En el hospital se le asesorará sobre cómo tomarlos.
Debe comunicarse con el hospital si su hijo presenta síntomas importantes de tos o resfriado dentro de las dos semanas previas a la operación, o si tiene diarrea o vómitos pocos días antes de la intervención. Es posible que sea necesario posponer la operación hasta que su hijo se mejore. La tos y los resfriados pueden hacer que los niños, sobre todo los más pequeños, sean más propensos a presentar problemas de respiración bajo los efectos de la anestesia. También pueden correr un mayor riesgo de infección pulomar. Por lo tanto, si su hijo no se siente bien, es importante que se lo comunique al personal del hospital. Infórmele también al personal si su hijo estuvo en contacto directo reciente con personas con varicela, sarampión u otro tipo de infecciones.
La vacunación es una intervención médica importante y le recomendamos a todos los padres seguir las guías de vacunación del Programa Ampliado de Inmunizaciones y las que recomienda su pediatra. La vacunación reciente no es un problema para los niños a quienes se les suministra anestesia, a menos que desarrollen temperatura elevada justo antes de la cirugía, en cuyo caso suele ser conveniente retrasar la intervención. Es algo poco usual, por lo que se le recomienda a los padres continuar con el programa de vacunación y no posponerlo a causa de la cirugía.
La mayoría de los prestadores de salud requieren que los niños, especialmente quienes padecen enfermedades crónicas o a aquellos que se someten a una cirugía mayor, concurran a una evaluación preoperatoria con un anestesiólogo. En ese momento, se le preguntará sobre su salud, la medicación y las alergias de su hijo. Se le podrán realizar análisis de sangre u otros estudios si es necesario. En niños sanos o que tienen enfermedades leves o bien controladas, generalmente no es necesario ningún estudio previo, salvo que se trate de una cirugía mayor en cuyo caso el cirujano y el anestesiólogo le indicaran cuales se requieren.
También tendrá la oportunidad de discutir con el anestesiólogo sobre las distintas opciones de anestesia y los riesgos particulares. De acuerdo al nivel de comprensión de su hijo, el anestesiólogo podrá explicarle el procedimiento y contestar sus preguntas.
Es mucho mejor para los niños si no tienen que esperar más de lo necesario sin comer ni beber. Los siguientes son los horarios comúnmente acordados sobre cuándo puede darle a su hijo algo de comer o beber antes de una cirugía no urgente, pero recuerde seguir las instrucciones que le brinda el anestesiologo, ya que pueden ser diferentes.
En algunas unidades se les permite a los niños beber algo al llegar. Si su hijo comió comida recientemente, la intervención se retrasará o pospondrá para otro día.
Su hijo debe tomar los medicamentos que se le indiquen el día de la cirugía.
Al llegar al hospital, pesarán y medirán a su hijo (a menos que ya lo hayan hecho en una consulta previa). Una enfermera le controlará la temperatura, el pulso y la frecuencia respiratoria y, le medirá los niveles de oxígeno y la presión sanguínea.
En algunos prestadores a las niñas mayores de 12 años de edad se les realiza una prueba de embarazo mediante una muestra de orina.
La enfermera le preguntará sobre los medicamentos y las alergias, y le colocará un brazalete de identificación en la muñeca o el tobillo de su hijo. En algunos hospitales, se le pondrá un brazalete adicional, o uno de otro color, en el caso de que padezca de alergias.
Antes de la intervención, un anestesiólogo se reunirá con usted para conversar sobre la anestesia de su hijo.
El anestesiólogo debe saber el estado de salud general del niño, que incluye:
Si su hijo u otro miembro de la familia tuvieron dificultades antes con los anestésicos, es muy importante que se le informe al anestesiólogo y presente toda la información que usted o su pareja tengan.
Ese momento es propicio para hablar de toda preocupación particular que usted o su hijo tengan sobre la anestesia. Podría resultarle práctico preparar en su casa una lista con las preguntas que le gustaría hacer.
Según el tipo de cirugía a la que se someta su hijo, el anestesiólogo puede también anestesiar los nervios con una inyección de anestesia local mientras su hijo duerme, para ayudarle a aliviar el dolor después.
Es posible que tengan que utilizar vías venosas adicionales. Le explicarán a usted los motivos y la importancia de la elección de este equipamiento médico para que su hijo esté seguro mientras está dormido y para que se sienta bien al despertar.
En algunos casos, durante la evaluación de su hijo, el anestesiólogo puede descubrir algo acerca del niño que hará posponer la operación, dado que sería más seguro no realizar el procedimiento ese día. Si esto ocurre, le informarán si creen que es seguro seguir adelante con el procedimiento y cuándo podría realizarse.
Es el nombre de los medicamentos que se administran antes de la anestesia.
El anestesiólogo puede que le recete sedantes para que el niño esté más relajado. Sin embargo, estos no se administran habitualmente, ya que puede hacer que el niño esté somnoliento después de la operación. Los medicamentos para el alivio del dolor también pueden recetarse como premedicación, o el anestesiólogo puede sugerir un tratamiento adicional para afecciones como el asma.
La mayoría de las premedicaciones se suministran como medicamentos líquidos.
Es posible aplicarle a los niños la "crema mágica" en el dorso de las manos. Luego se las cubre con un apósito oclusivo transparente. Se lo conoce como "EMLA" aunque puede tener otro nombre comercial. Es una crema anestésica local que tarda de 30 a 60 minutos en hacer efecto. Esta crema alivia el dolor agudo generado por el catéter venoso al colocarla en la mano o el brazo del niño. Ayuda a disminuir el dolor en nueve de cada diez niños. En el caso de que no se pueda emplear la crema, se puede usar un spray anestésico frío para adormecer el área.
La mayoría de los hospitales proporcionan batas para que su hijo las use cuando va al quirófano. Aunque su hijo puede usar su ropa o pijama. Puede usar pañal o calzoncillo o pull ups si fuese necesario. La enfermera le aconsejará qué ropa interior puede usar.
Su hijo puede caminar hasta la sala de anestesia, o puede ir en una camilla o silla de ruedas, tambien lo pueden llevar en brazos. Algunas unidades ofrecen medios de transporte más divertidos. En algunos hospitales se les ofrece ir en un auto eléctrico.
Una enfermera o un profesional del equipo, les acompañarán a usted y a su hijo a la sala de operaciones. Su hijo podrá tener un juguete o chupete. Los teléfonos móviles o tabletas pueden ser particularmente útiles a la hora de distraer a los niños con sus juegos o películas favoritos.
En algunos hospitales, si lo desea, puede hacerle compañía a su hijo para consolarlo mientras le suministran la anestesia. Puede que le dirgan que esto no es posible, por lo que debe consultarlo antes con su anestesiólogo o alguno de los integrantes del equipo sobre cual es el protocolo en su prestador de salud a este respecto. Cuando su hijo esté dormido, un miembro del personal le acompañará afuera de la sala para que el anestesiólogo continue cuidando a su hijo.
Si está con mucha ansiedad, no es necesario que acompañe a su hijo a la sala de operaciones. Otro miembro adulto de la familia o una enfermera de quirófano podran ir en su lugar.
Se puede iniciar con la anestesia mientras su hijo está acostado en la camilla. Los niños más pequeños pueden anestesiarse cuando están en el regazo. El personal lo colocará en la camilla, quizá con su ayuda.
Para comenzar, el anestesiólogo usará un gas anestésico con una mascarilla de oxígeno o un tubo, o una inyección a través de la vía venosa. Hablarán de todo esto con usted previamente, aunque a veces, si su hijo no coopera, es posible que el plan tenga que cambiarse.
A la mayoría de los niños más mayores se les pone una inyección a través de una via venosa. Cuando se emplea una vía venosa, el proceso es mucho más rápido ya que su hijo entrará en el estado de sueño profundo en seguida. La inyección puede sentirse fría o punzante en el brazo. En tal caso, el anestesiólogo empleará una mascarilla para continuar con la anestesia y proporcionar más oxígeno por seguridad.
Si la anestesia se inicia con gas, el anestesiólogo generalmente usa una mascarilla para suministrar gas, o bien puede pasar el gas con una mano ahuecada colocándola suavemente sobre la nariz y la boca de su hijo. Los gases anestésicos tienen un olor similar al de un marcador para rotular.
Normalmente, la anestesia tarda un poco en hacer efecto (desde unos segundos hasta un par de minutos). Es bastante normal que el niño se sienta inquieto durante este tiempo o que su respiración sea diferente. Incluso pueden roncar fuerte o realizar movimientos bruscos. El personal le ayudará a sostener a su hijo suavemente, pero con firmeza.
Luego se le solicitará que abandone la sala de operaciones. Un miembro del personal le acompañará a la salida del quirófano.
Una vez que su hijo esté anestesiado, el anestesiólogo le pondrá una vía venosa para suministrarle los medicamentos anestésicos necesarios para aliviar el dolor.
Su hijo ingresará al quirófano para que lo operen o le realicen el estudio planeado.
El anestesiólogo estará con su hijo durante todo el procedimiento y supervisará de cerca la presión sanguínea, el pulso, la respiración y los niveles de oxígeno de su hijo, asegurándose de que estén seguros y totalmente anestesiados.
Este es un buen momento para que usted vaya a comer y a beber algo si lo desea sobre todo si se prevee que la operación sea prolongada, pero avísale al personal y proporcione un número de teléfono móvil para que se comuniquen con usted.
La mayoría de los niños se despiertan en la sala de recuperación. El anestesiólogo estará cerca y acudirá al llamado del personal encargado de la recuperación, si fuese necesario. Colocarán una venda sobre la vía venosa para mantenerla segura y fuera de la vista, mientras el niño despierta.
Cada niño es atendido por una enfermera especializada u otro profesional debidamente cualificado, asegurando que su hijo esté cómodo. Le suministrarán medicamentos adicionales para aliviar el dolor y si fuera necesario. Se le llamará en el momento apropiado para que esté con su hijo durante el proceso del despertar.
Algunos niños muestran algunos signos de confusión o de angustia al despertarse. Esto es más probable en los niños más pequeños.
Muy pocos niños se ponen muy inquietos. Pueden gritar y revolcarse o agitar los brazos y las piernas. Este comportamiento puede durar unos 30 minutos y, a veces más. El personal de la sala de recuperación sabe cómo cuidar a los niños en este momento. Ellos considerarán si necesita analgésicos para aliviar el dolor. Le aconsejarán la mejor manera de consolar y tranquilizar a su hijo.
Por supuesto que los padres se preocupan si el niño se despierta angustiado. En el caso de que su hijo haya experimentado este tipo de angustia en ocasiones anteriores, sería conveniente informarle al anestesiólogo para que puedan analizar las formas en que podría evitarse en un futuro.
Durante la anestesia, se administran medicamentos analgésicos, y a veces inyecciones de anestesia local, para asegurar que su hijo se despierte lo más tranquilo posible. El tipo de alivio del dolor dependerá de la intervención.
El anestesiólogo, el cirujano o el personal de sala le hablarán sobre el mejor tipo de alivio del dolor para su hijo.
Puede ampliar la información sobre que debe esperar y como se puede tratar el dolor después de su operación en la sección Comprensión y manejo del dolor
Muchas veces, es posible que su hijo regrese a casa el día de la operación si el cirujano y el anestesiólogo se sienten satisfechos de que es una opción segura y de que su hijo se está recuperando bien.
Se le aconsejará cómo administrar los medicamentos para aliviar el dolor en casa. Debe seguir estas indicaciones cuidadosamente.
Algunos niños se sienten mal o pueden estarlo al regresar a casa. ¡Es necesario estar preparado!
Si se lleva a su hijo a casa el día de la operación, se le dará un número de contacto para que se comunique en caso de que tenga dudas sobre como cuidar a su hijo en casa.
Algunos niños encuentran que una visita al hospital es angustiante. Unos cuantos niños no duermen bien después de una estadía en el hospital. Pueden estar apegados e inquietos por alejarse de usted. Su comportamiento puede ser más difícil que antes. Por lo general, volverá a la normalidad en tres o cuatro semanas.
Los problemas graves son poco comunes con los anestésicos modernos. La mayoría de los niños se recuperan rápidamente y vuelven pronto a la normalidad, después de la operación y la anestesia. Muchos niños pueden sentirse enfermos o tener dolor de garganta. Normalmente duran poco tiempo. Se dispone de medicamentos para el tratamiento de los vómitos, el dolor y otros problemas asociados, y se administran con frecuencia.
En el caso de un niño con buena salud que se somete a una cirugía menor, es muy común (más de 1 de cada 10 niños) tener:
En cuanto a complicaciones más raras, aproximadamente 1 de cada 10.000 niños desarrolla una reacción alérgica grave a la anestesia.
En niños sanos que se someten a una cirugía leve o moderada que no es de emergencia, el riesgo de muerte por anestesia es probablemente inferior a 1 por cada 100,000. La mayoría de las muertes, que ocurren en el momento de la cirugía no son causa directa de la anestesia, sino debido a otras razones relacionadas con su estado de salud previo o con la operación que se le está realizando.
Si desea conocer acerca de los riesgos generales asociados a la anestesia o a una intervención con anestesia, consulte la sección de riesgos Riesgos asociados con la anestesia
Las personas difieren en la forma en que interpretan las palabras y los números. Esta escala se proporciona con el fin de ayudar a evaluarlos correctamente.
En la anestesia moderna, los problemas graves son poco comunes.
Los niños con enfermedades importantes o los bebés que se someten a una cirugía, a veces tienen riesgos particulares asociados con la anestesia. El anestesiólogo puede analizar esto con usted antes de la operación. El equipo moderno, el entrenamiento y las medicinas hacen que la anestesia sea muy segura, aunque no se puede eliminar completamente todo el riesgo.
La probabilidad de que se produzca un riesgo o una complicación grave es mayor, si su hijo tiene una enfermedad seria, un historial médico complicado o es menor de cuatro años, o si se somete a una operación importante.
Se están realizando investigaciones sobre los posibles efectos a largo plazo de la anestesia en bebés y niños muy pequeños. En la actualidad, no existen pruebas sólidas de que los anestésicos sean perjudiciales para el desarrollo, y es importante tener en cuenta que todo riesgo debe sopesarse, con la importancia general de proporcionar anestesia para una intervención o cirugía.
La información sobre los acontecimientos críticos que pueden ocurrir durante una anestesia pediátrica están disponibles on line para los que comprendan el idioma inglés y sepan interpretar algunos conceptos de medicina y cirugía aunque pueden ser complejos para personas sin formación en Medicina: Incidence of severe critical events in paediatric anaesthesia (APRICOT): a prospective multicentre observational study in 261 hospitals in Europe